jueves, 31 de marzo de 2011

Bang bang

"Nos tiraron con miseria, les devolvimos con cultura" fue la célebre frase que un escritor del denominado "realismo atolondrado" convirtió en fundamento de la organización cooperativa. Efectivamente, las multinacionales de la década del noventa tuvieron el control de la gestión empresarial haciendo uso y abuso de sus empleados. Gestión privatizadora (y privatista) que dejó fuera del mercado laboral a cantidad de personas, pasando ellas a ocupar las calles en un nuevo trabajo: el cartonero. El año del corralito arrasó con todo, hasta con los modales. Violencia en las calles representada en las más siniestras formas, asesinatos en la plaza pública, saqueos, un presidente que se fue a la mierda, otros que hicieron la vuelta del perro y todo lo otro que conocemos. Pero se vislumbraba una luz: asambleas barriales, oganización vecinal y autogestión hicieron posible construir nuevos espacios de participación activa y democrática. La famosa (y teórica) apropiación de los medios de producción estaba llevándose a la práctica. Con ese cartón, algunos harían arte y pintarían libros con témperas de colores. Cobrarían un dinero (quizás mínimo) por el tiempo empleado y la fuerza utilizada. Experiencia que habla, sin duda, de una transformación de la realidad estamentada, de una modificación en el estado de cosas. Fui a una escuela secundaria que era (y sigue siendo) una cooperativa de enseñanza y puedo, por ello, afirmar que ese es mi proyecto político: una organización en la que el esfuerzo de cada uno esté orientado en pos de un verdadero beneficio común, una organización en la que los saberes específicos que cada uno posee cooperen a favor de la calidez humana y la excelencia profesional. Lamentablemente, muchos hablan de solidaridad, amor, identidad y no los mueve otro motor que el del egocentrismo celebérrimo. Puedo decir, también, que conozco muchas personalidades (y caricaturas) del mundo de las letras y del espectáculo que construyen un sistema ideológico en sus obras artísticas, sin bajarse de la 4x4. Soy joven, soy pobre y tengo ganas de tener un enemigo político. Me han tirado violentamente y voy a devolver.

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