jueves, 29 de diciembre de 2011

Perhaps

Tal vez no seas mi amor. Tal vez no seas mi hombre. Tal vez no seas todo lo que construí de vos.
¿Quién te hizo mi amor?
¿Quién te hizo mi hombre?
Como un hechizo indescifrable de colores y chispas, nuestra respiración se hizo una. Sólo una. Respiración indomable, respiración con ganas de todo, respiración llena de vida y de tiempo; dispuesta a susurrar intermitentemente las palabras no dichas de la extraña ocasión.
No puede negarse que es insólito el hecho de haber conocido (desde siempre) el lazo sensorial que nos une; tus pupilas únicas e irrepetibles entre las miles de miradas observadas a lo largo de este camino, mi existencia; tu voz, grave y agresiva, como queriendo dominar al cuerpo que hablaba (porque tu cuerpo hablaba y estaba entregado); tu sed, la sed que calmabas con un vaso de cerveza porque no podías tocarme. Yo sé leer. Y te leí. Es necesario decirlo. Es necesario expresar con palabras que te morías de ganas y yo también y que tenemos un orgullo atroz pues ninguno quiere perder... y es entonces cuando no me animo y uso modalizadores, a cambio de una victoria divertida.